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Un fenómeno imparable Los youtubers “salvaron” la Feria del Libro

En una edición en que se vendieron menos ejemplares, los jóvenes llegaron de a miles a ver a sus ídolos y llevarse sus ejemplares firmados.

FUENTE  Clarín.com  Verónica Abdala- 13/05/2019 -

 

Como aquella biblioteca infinita que imaginaba Borges y en la que se figuraba el paraíso, la Feria del Libro porteña es ese lugar en que parecen caber todos los libros, los discursos más variados, las mil y una referencias a la literatura, en diálogo con la actualidad: un evento que repite variables históricas pero a la vez se renueva y muestra cada año aristas nuevas. Una suerte de animal mutante y gigantesco; el mayor encuentro de la cultura argentina y la vez un escenario autónomo, que genera sus propias noticias dentro del predio. 

 

Seguramente nada de lo que ocurrió en estas semanas en La Rural tuvo el impacto del lanzamiento del libro de la ex presidenta Cristina Kichner, con números de venta con los que la industria ya ni sueña. Y, más todavía, su cuidada presentación en la sala más grande del predio y con una multitud puertas afuera. En pleno año electoral -y después de una inauguración con abucheos al secretario de Cultura Pablo Avelluto, como contraste- esa será la marca más evidente de esta Feria del Libro. Pero pasaron muchas cosas.

 

El balance comercial de esta edición viene precedido por la pronunciada crisis que afecta a las editoriales y se está volviendo “estructural”: no es un dato menor que, según la Cámara Argentina del Libro (CAL), el primer trimestre de 2019 haya sido el peor en 5 años para el sector –los dos primeros meses de 2019 se produjo un 35 por ciento menos de libros que en el mismo período del año anterior-. Y si se publica menos y decae el consumo, esto termina redundando en una baja en el nivel de lecturas: según consta en la última encuesta de consumos culturales del Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca), el consumo de libros per cápita cayó de 3 a 1,5 en el periodo 2013-2017. O la baja en el nivel de lecturas provoca la caída de las ventas... lo del huevo y la gallina.

 

Pero volvamos a la Feria. Este año, cayeron las ventas –en ejemplares vendidos- entre un 15 y un 20 por ciento respecto del año anterior. La baja es aún más marcada en el caso de los libros importados, que duplicaron su precio debido a la devaluación de 2018. Y además hubo un 20 por ciento menos de público, según las estimaciones recogidas en los stands. 

 

¿Qué hicieron, entonces, las editoriales?  Apelaron a promocionar a sus autores más convocantes y, en el caso de algunos sellos que previeron el fenómeno, a seducir al público juvenil: es que los jóvenes lectores son desde hace unos años el segmento más activo del mercado editorial y la variable que muchas veces "mueve la aguja" de las ventas, además de aportar un condimento festivo a los eventos en las salas.

 

En esta 45ª edición, los nuevos lectores llegaron en malón para expresar su devoción por ídolos de las redes sociales –como los youtubers devenidos autores, entre ellos Robleis Pamela Stupía- y de la plataforma Netflix, en el caso de Héctor Lozano y Carlos Cuevas, guionista y uno de los actores principales de la producción catalana Merlí. Ellos presentaron juntos el libro Cuando fuimos los peripatéticos. El fenómeno Merlí en la Feria y formaron parte de una comitiva en el año en que Barcelona ofició como ciudad Invitada de Honor. “Espero que se legalice el aborto seguro”, dijo Cuevas ante los 1.200 jóvenes que lo ovacionaron la noche en que se presentaron y había hecho cola desde varias horas antes para verlos, anticipando lo que después replicarían otras figuras mediáticas del programa.

 

Según la presidenta de la Feria, María Teresa Carbano, los organizadores están contentos en relación a la afluencia de público, “probablemente porque compensamos con el día de entrada gratuita con la SUBE, pero nos mantuvimos con cifras equiparables a las de 2018”, dijo a Clarín. Un recorrido por los stands, sin embargo, arrojaba otra percepción: la mayoría de los consultados percibía entre un 15 y un 20 por ciento menos gente respecto de la edición anterior.

 

¿Influyó en esa baja el costo de las entradas -120 pesos de lunes a viernes y 180 para los sábados, domingos y feriados-? Si bien el precio es muy inferior al de una entrada al cine, para muchos parece haber sido un lujo inviable, aún con un 10 por ciento de descuento en el costo de los libros con el ticket. Vale como prueba el hecho de que el martes 7 de mayo, cuando se abrieron las puertas a todos los que tuvieran la tarjeta de transporte, es decir casi todo el mundo, los pasillos estuvieron repletos: el doble de gente, dijeron los organizadores. Los expositores –que, en un contexto recesivo, desembolsaron este año una suma aproximada de 350 mil pesos para tener un espacio de unos 30 metros cuadrados, también agradecidos.

 

La crisis también se hizo sentir en el hecho de que los bibliotecarios de las provincias se hayan llevado este año un volumen menor del libros, ya que los afectó el achicamiento del programa de Apoyo a las Bibliotecas Populares (CONABIP), dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, y que cada año les permite comprar con un 50 por ciento de descuento, a través del Plan Libro%. Y también se redujo la cantidad de participantes. Mientras que en 2018 los bibliotecarios vinieron con 25 millones de pesos, en 2019 tuvieron 24. Calculando que en el medio hubo una inflación del 47.6 por ciento...

 

El vigor de la movida juvenil

La presencia de los más jóvenes -un auténtico fenómeno en términos numéricos, que resalta como con glitter si se recrean imágenes de este mismo evento hace no demasiados años atrás- se corresponde con otra tendencia que los tiene como protagonistas de la movida editorial argentina, en los últimos años. Los adolescentes se acercan a los libros con un fervor que los define y es previamente fogoneado en otros canales por los que los títulos circulan: llegan a esos libros a través de redes como You Tube, Instagram o Facebook, donde sus pares –algunos con audiencias masivas- los tientan con un lenguaje con el que se identifican. Esos títulos, entonces, se convierten en best sellers.

 

Este año, los libros firmados por youtubers, las ficciones juveniles y las sagas volvieron a demostrar que los nuevos lectores leen aquello que fundamentalmente les divierte y de manera muchas veces compulsiva: durante los primeros días de la Feria, Robleiscausó furor y marcó una tendencia, con filas de hasta 200 metros de fans que aguardaron paciencia la firma de su único libro, Aventura Zombie.

Días más tarde, la youtuber Lyna Vallejos, debió suspender la firma de sus libros luego de provocar involuntariamente un tumulto de proporciones, por el que hasta la Fundación El Libro salió a dar explicaciones: 3.000 chicos se habían acercado a verla. Otro dato, en este sentido, es que Cúspide haya duplicado este año a 80 metros cuadrados su espacio Joven.

 

Pamela Stupía, autora de la saga 14/7, y de los títulos Zoe y Starlie fue otra de las figuras principales de la movida juvenil; así como Tiffany Calligaris –autora de las sagas Lesath y Witches- que lleva vendidos más de 65 mil libros entre ambas, y está consolidada como una de las mejores escritoras del género fantasy de Argentina. Mientras que a los Bookstagrammers -jóvenes que hablan de literatura en Instagram y tuvieron su propio encuentro, el cuarto consecutivo, que se complementó con el Encuentro Internacional de Booktubers y la Convención de Bloggers- también se los vio paseando por el predio e “instagrameando” los actos de mayor interés para sus respectivos seguidores desde las salas.

 

Política, feminismo y narrativa: tendencias entre los lectores adultos

Los géneros más buscados por los adultos, al margen de los cuentos y novelas, fueron este año los de política y feminismo. En especial, los de Rita Segato, quien había dado inicio la Feria el jueves 25 de abril en un acto tan accidentado como el del año pasado, desplante al secretario Pablo Avelluto incluido, por parte de un grupo de jóvenes, de editores y de autoras. También se buscaron libros de la teórica Judith Butler, la actriz Thelma Fardín, que presentó libro propio, o la periodista Luciana Peker, en cuya presentación hubo tanta gente que algunos quedaron afuera.

 

Los libros de narrativa al tope de los rankings editoriales fueron sobre todo aquellos que promocionan las editoriales a raíz de las visitas extranjeras: este año destacaron los nicaragüenses Gioconda Belli ySergio Ramírez; los españoles Rosa Montero -con Los días del odio, la tercera parte de una trilogía protagonizada por la detective Bruna Husky-, Julia Navarro, Carlos Zanón –continuador de la serie de novelas policiales protagonizadas por Pepe Carvalho, el personaje creado por Manuel Vázquez Montalbán- ; Arturo Pérez-Reverte; y el peruano Bryce Echenique. También vino la ilustradora francesa Rébecca Dautremer, que enamoró a los argentinos con los cuadros exquisitos que compone para las páginas de los libros, para adultos e infantiles.

 

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